Historia.
El papel aluminio, (también conocido como papel de plata o platita por su semejanza al brillo cromado que refleja la alúmina o papel de orillo en algunos pueblos de España), son hojas delgadas de aluminio de un grosor inferior a 0,2 mm, habiendo medidas tan finas como las que están por debajo de los 0,006 mm. Así, la hoja de metal es sumamente flexible y puede ser doblada o cubrir objetos con mucha facilidad. Sin embargo, este producto es frágil, fácilmente se daña, siendo comúnmente laminado en combinación con otros materiales como plástico o papel para hacerlo más útil. Cuando se introdujo al mercado, tardó varias décadas en sustituir el uso del papel de estaño a mediados del siglo XX. Tiene la cualidad especial de que es buen material para posar la comida en el horno, por ejemplo, puesto que este material repele por completo el calor y se puede coger perfectamente sin quemarse después de que dicho material haya soportado temperaturas muy elevadas. El uso más habitual de este papel es para envolver alimentos, se utiliza para envolver los bocadillos de los niños o cubrir platos calientes y así conservar su calor.
El papel aluminio es una hoja fina de aluminio que, a consecuencia de ello, es extremadamente maleable y permite numerosos usos en la vida cotidiana, entre las que está la de poder hacer de envoltorio de diversos objetos conductores de electricidad y se utiliza también como papel de embalaje para envolver alimentos. En España se conoce popularmente como "papel Albal" por la marca Albal, una de las comercializadoras. Millones de toneladas de papel de aluminio se emplean a diario en todo el mundo en el embalaje y protección de alimentos, cosméticos y productos químicos diversos. Por regla general con una capa extremadamente delgada que suele rondar desde los 20 µm a los 6,5 µm, en algunos casos es laminado con otros materiales tales como plástico o papel.